Atardecer, barcito escondido en
una callecita de la Ciudad Vieja. Tatiana y Matías sentados en una mesa junto a
una ventana. En sus platos milanesa napolitana, en sus vasos refresco
cola.
Tatiana sostiene el tenedor, el
puño apretado, pinchado en el cubierto un pedazo de milanesa.
-
¿Vos sos imbécil? ¿Cómo me vas a dejar
en un bar? ¡Yo preciso angustiarme, llorar, descargarme con algo, putear,
abrazarte, preguntarte "por qué", caminar en círculos mientras te
insulto! ¿Querés que quede como una loca frente de todo el mundo? ¿Qué idiotez
es esta de invitarme a comer una milanesa si me hiciste venir acá sólo para
dejarme?
-
Es que pensé que íbamos a tomar un café
nomás, pero ta, dijiste que andabas con hambre. Yo que sé, lo vi como un gesto,
la última milanesa juntos...
-
Sos un imbécil....
-
Perdoná...
-
Volviendo al tema del lugar. Ponele que
hubiése pedido un café ¿Qué cambia eso? ¡Esto es un bar, un lugar público,
lleno de gente! ¿Cómo vas a terminar una relación de cinco años en un bar? ¿A
quién se le ocurre?
-
Bueno Tatiana es la primera vez que dejo
a alguien en mi vida, es difícil para mí también. Elegí el lugar por las
referencias que tengo. El cine está lleno de parejas que terminan en un bar…
-
¿"El cine está lleno de parejas que
terminan en un bar"? ¿Te estás escuchando? ¿Elegiste un bar para dejarme
porque viste una escena así en una película?
-
En realidad lo vi en un corto y en un
videoclip...
-
Ay dios...Vamos a hacer una cosa, cada
uno se termina su milanesa, seguimos como si nunca hubieses dicho nada, vamos a
mí casa, de camino vas a estar callado, yo te voy a preguntar "¿Te pasa
algo? Te noto raro", vos me vas a decir que sí, que algo te pasa y me vas
a ir largando todo el rollo de a poco... ¿Estás anotando?
-
¿Querés que anote?
-
Claro, anotá. Lo vamos a hacer así, paso
a paso como te lo estoy diciendo. Anotá, además te queda escrito y te va a
servir para la próxima...
-
Dame un segundo...
Matías levanta del suelo su
mochila, la coloca sobre sus rodillas, saca de ella un cuaderno y una lapicera.
-
¿Te repito lo anterior?
-
Terminamos la milanesa, pagamos...
-
Pagás vos, no me vas a dejar y encima
hacerme pagar la mitad a mí. Yo te voy a insistir en pagar a medias, pero tenés
que ponerte firme, vas a pagar vos sí o sí…
-
Es que no sé si me da la plata....
Matías toma el pincho con los
tickets de la cuenta, comienza a sumar en voz baja. Saca su billetera de la
mochila, cuenta la plata.
-
Son 590, no llego.
-
¿Cuánto tenés?
-
$100
Tatiana le da $550
-
Tomá, dejale 60 de propina.
-
¿No es mucho?
-
No, está bien, es el 10%. Seguimos;
Estamos en la calle, te noto raro, te pregunto sí te pasa algo, me decís que
sí, pero no me largás todo de una ¿Entendés? Tenés que dar vueltas y vueltas.
Hablá primero del inicio, de lo mucho que nos queríamos, de lo bien que lo
pasábamos juntos, de cómo eso fue cambiando con el tiempo. Hablá de nuestras
peleas constantes, de las discusiones subidas de tono, interminables, a menudo
sin un por qué que las justifique. Decime que a pesar de todo eso me seguís
queriendo, que sigo siendo importante para vos y que por eso mismo, antes que
el amor que nos tenemos desaparezca por completo, lo mejor sería darnos un
tiempo, tenemos muchas cosas para pensar y cuestionarnos. Después vemos cómo
cada uno transcurre esa separación, que conclusiones sacamos de ella
(deberíamos tener una nueva instancia al tiempo, vernos de nuevo, quizás
entonces sí en un bar, aunque prefiero que sea en una plaza tomando una
cerveza). Para ir redondeando la idea deberías decir algo así como "Te amo
y no quiero que lo nuestro termine, pero siento que si seguimos así se va a
terminar y a terminar mal, sin vuelta atrás"…
-
Bien ¿Todo esto caminando?
-
No sé Matías, no sé. Dejemos que fluya,
en una de esas nos sentamos en la esquina de mi edificio, en una de esas subís
a casa y cogemos por última vez. No creo, no voy a tener ganas, pero vos podés
buscarme igual, insinúalo al menos.
-
Bien, pará que anoto...
"Fluir…" Listo.
-
¿Anotaste todo?
-
Si…
-
Bien, pasame la mayonesa…