jueves, 2 de enero de 2014

CELOPATIA

-¿Me pasé todo el puto día cocinando para que ahora vengas y me digas que no tenés hambre?
- ¿Y qué querés que haga? ¡No tengo hambre! Dejalo para mañana...
- ¿Para mañana? ¿Qué lo deje para mañana?
- Claro
- ¿Y qué hago con las velas, el vino tinto que abrí, los pétalos de rosa que tiré sobre la cama?
- Dejá todo para mañana, que aparte hoy me duele la cabeza
- ¡Que te duele la cabeza! ¡Además de no tener hambre que te duele la cabeza!
- Ojalá tuviese hambre, ojalá no me doliese la cabeza, pero no lo puedo controlar, es mi cuerpo, está raro, se siente mal, preciso descansar un poco, debe ser eso... Mucho trabajo.
- ¡Pero si fue tu primer día de trabajo en un año y medio!
- ¿Y qué te parece? No estoy acostumbrado, ni física ni mentalmente...

- ¿Hay otra? ¿Eso eso, hay otra?
- ¿Otra que?
- ¡Otra mujer, otra mujer! ¡No te hagas el boludo!
- ¡Pero Raquel de dónde voy  a sacar otra mujer si hace un año y medio que prácticamente no salgo de casa!
- ¡Yo que sé, será alguna de esas atorrantas que tenés de compañeras en el laburo!
- ¡Pero Raquel hace cinco minutos que llegué de mi primer día de trabajo, no sabés ni siquiera si tengo compañeras o laburo rodeado de machos!
- ¿Tenés compañeras?
- No empieces con la celopatía Raquel...
- ¡Vos no empieces, no empieces a tratarme de loca!
- ¡Pero si no dije nada Raquel!

- ¡Que plancho, que te cocino que te lavo, encima hace un año y medio que no trabajás! ¡Pago las cuentas, las mías y las tuyas, las de la casa, las de tu vieja! ¡Te pago el celular hijo de puta, para que te escribas a escondidas con las trolas de tus compañeras!
- ¡Pero Raquel si ni siquiera sabés si tengo compañeras!
- ¡Por algo no me decís con quién trabajás! 
- ¡Es que no me has dado la oportunidad de decirte!
- ¡Y bueno decime, decime!
- ¿Te vas a tranquilizar?
- ¡Estoy tranquila, estoy tranquila!
- ¡No estás tranquila Raquel, no estás!
- ¡Y cómo querés que esté tranquila si me decís que no estoy tranquila cuando estoy tranquila! ¡Sabés que me altera que me digas "tranquilízate" si ya estoy tranquila, lo sabés! 
- Te dije tranquilízate porque no te vi tranquila...
- ¡Me voy a tranquilizar cuando me digas con quién carajo trabajás!
- Somos tres en la oficina...
- ¿Qué carajo me importa cuántos son? ¡Te pregunté con quién, con quién!
- Si me seguís hablando así no te voy a contar nada...
- ¡Son mujeres! ¿Son las dos mujer no?
- Hablando con ese tono no vas a sacarme ninguna información...
- No quiero que las veas más, elegí ellas o yo...
- ¡Si todavía no te dije si son o no mujeres!
- ¡Yo sé que sí, por algo no me decís!
- Bueno, pensá lo que quieras...
- ¡Ellas o yo! 

- Suponiendo que sean mujeres, ¿qué querés que haga? Son compañeras de trabajo, las voy a seguir viendo aunque no quiera...
- Renunciá...
- ¿Qué?
- ¡Qué renuncies!
- ¿Y las cuentas quién las paga?
- Las sigo pagando yo...
- ¿Segura?
- Si...
- ¿Quién va a cocinar, lavar, planchar, barrer y todas las demás tareas de la casa mientras yo me paso el día entero en la calle buscando un trabajo acorde a mis estudios, capacidad y experiencia, con una buena remuneración y horarios flexibles?
- Yo.

- Me parece que es una tontería renunciar a otro trabajo por tus ataques de celos, pero bueno, está bien, voy a renunciar...
- ¿En serio?
- Si...
- Gracias mi amor, creo que va a hacer lo mejor para nuestra relación...
- De golpe me vino hambre, ¿comemos?
- Dale, ya está abierto el vino tito, ¿te sirvo?

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