- Buen día...
- ¿En qué lo puedo ayudar?
- Mi mujer me dejó...
- Uh...
- Si, el martes pasado...
- Mire usted...
- Si...
- Lo lamento mucho señor...
- Yo también lo lamento, créame. Claro que nuestra relación no era todo color de rosas, claro que teníamos nuestras diferencias, nuestros roses, así y todo, yo hubiese preferido seguir con ella, aunque sea en pie de guerra, pero seguir con ella...
- Claro...
- Pero no, ella no, ella prefirió irse, se fue de casa ¿Entiende lo que eso significa? ¡No me dijo que me vaya, se fue ella! Así de cansada estaba de mí... No me dijo mucho, sólo que ya no quería seguir, poco más, dijo eso y se fue...
- ¿Se fue con otro?
- No sé, no tengo idea si se fue a un hotel, a la casa de su madre, a lo de otro tipo, no tengo la menor idea, me dijo que no la llame y no la he llamado, ganas no me faltan, créame, pero quiero respetar su decisión, si no quiere que la llame, bueno, no la llamaré hasta que ella me llame...
- Me parece bien, pocos hombres somos capaces de hacer eso... En fin, ¿en qué lo puedo ayudar?
- No sé que debo hacer ¿Cree que debería llamarla? Capaz que es eso lo que está esperando, que la llame, que pelee por ella. O capaz que no, capaz que lo que quiere es probarme, ver si por una vez en la vida soy capaz de respetar una decisión suya. ¿Cree que debería llamarla?
- No sabría qué decirle...
- ¿Para qué me ofrece su ayuda si va a quedarse callado?
- Señor, esto es una ferretería, cuando le dije "¿En qué puedo ayudarlo?" me refería a lo relacionado a la atención comercial que yo podría llegar a brindarle...
- ¿Está diciendo que va a ayudarme siempre y cuando le pague?
- No, no es eso, por favor no me malinterprete. Yo no soy psicólogo, soy ferretero, puedo ayudarlo en todo lo referido a mi área, puedo aconsejarle en caso de que necesite un plafón para techo, una termofusora, un set de herramientas o cualquier otro tipo de artículos de construcción o bricolage...
- Pero usted es hombre, alguna vez lo debe haber dejado una mujer, debe haber sufrido un desgarro amoroso alguna vez en su vida...
- Si, pero no creo que yo sea la persona adecuada para ayudarlo en esta situación...
- ¿Es por el dinero no? ¿Es por eso? Dígame cuánto es ¿Cuánto me cobra por un consejo? Yo le pago, si es por eso no se preocupe, yo le pago...
- Señor entienda no soy la persona más adecuada para ayudarlo...
- ¡No me interesa si es usted el mismísimo Freud o un ferretero sin conocimiento alguno de psicología y comportamiento humano! ¡Estoy desesperado, preciso un consejo, da igual de quién sea, por favor, se lo suplico!
- Es que no señor, no puedo...
- ¡Por favor, diga lo que diga me estará ayudando, créame, usted es un hombre y con certeza sabe lo que se siente ser abandonado por la persona amada! Pensé en ponerle una pancarta, "¡Perdón mi amor, te amo, volvé!" pero no sé dónde está viviendo ahora...
-...
- ¿Qué dice? No la llamo pero averiguo dónde está viviendo y le mando colocar una pancarta...
- ¡No, si me pone una pancarta en la puerta del local lo mato!
- ¿Cómo dice?
- ...
- ¿Qué ha dicho?
- Nada, no dije nada...
- ¡Lo escuché perfecto!
- No dije nada, lo juro...
- ¿Qué tiene que ver mi mujer con su local?
- ...
- ¡Hable!
- Su mujer...
- ¿Qué?
- Está viviendo conmigo, acá en la ferretería...
- ¿Qué, mi mujer me dejó por usted?
- Su mujer lo dejó porque dice que usted es un tipo inseguro que siempre le pide consejos a cualquier desconocido porque no tiene el valor de tomar sus propias decisiones...
- ¿Le dijo eso?
- Sí...
- ¿Qué más le ha dicho de mí?
- Poca cosa, no habla mucho, pero canta muy lindo...
- Si, es verdad, canta muy lindo, es lo que más extraño de ella, oírla cantar a la mañana...
- Es hermoso escucharla cantar, es cierto...
- ¿Y hace cuánto están juntos?
- La semana que viene van a hacer dos años...
- ¿Dos años? ¡Me fue infiel dos años?
- En realidad le fue infiel desde que se conocieron, antes que empezáramos a salir, ella andaba con mi mejor amigo...
- ¿De verdad?
- Si, y él la presentaba en sociedad como su novia...
- ¿En serio?
- Claro...
- ¿Y su amigo qué dijo cuando ella empezó a salir con usted?
- Lo tomó con calma, igual, dos por tres se siguen viendo...
- ¿De verdad?
- Claro, en casa somos de mente abierta...
- ¡Entonces usted la conoce bien, puede ayudarme!
- No sé si corresponde...
- ¡Por favor, preciso que vuelva! Sea sincero: ¿la pancarta le parece realmente una mala idea?
- No, a ella le gustan las pancartas de amor, póngala, está bien, pero en la vereda de enfrente, ¿de acuerdo?
- ¡Gracias! Una vez que la ponga, ¿me cuenta qué dice cuando la vea?
- Claro, a las órdenes...
- Muchas gracias, es usted una gran persona...
- De nada, sé lo que es ser abandonado por un ser amado, una vez se me escapó un coballo...
- ¿Un coballo?
- Si, blanco y marrón...
- ¿Se llama Chispita?
- ¡Si, si, Chispita! ¿Lo conoce?
- Buen hombre, Chispita lo dejó por mi mujer...
- ¿Qué?
- Hace un año, mi mujer llegó a casa con Chispita, dijo que el coballo la había seguido, y es verdad, el animal la seguía para todos lados dentro de la casa, lo tuvimos que empezar a atar al árbol del fondo porque siempre se quería ir con ella cuando iba a trabajar...
- ¿Chipita me abandonó por su mujer?
- Si, y ahora el pobre bicho fue abandonado por ella, cuando se fue de casa nos dejó a los dos. Chispita ya no come ni bebe nada, está flaco, se le cae el pelo, no juega más en su ruedita, la extraña más que yo...
- ¡Quiero volver a ver a Chispita!
- No sé si él querrá verlo, no está como para ver a nadie, menos a usted, después de todo lo que han vivido juntos, verlo a usted tendría un impacto peligroso, no sé cómo podría reaccionar...
- ¿Me está extorsionando? ¿Quiere a su mujer a cambio de Chispita?
- No es eso señor, además no me va a comparar un animal salvaje sin sentimientos reales ni conciencia de sus actos con Chispita...
- ¡Vengan a vivir conmigo!
- ¿Cómo dice?
- ¡Venga a vivir conmigo y traiga a Chispita!¡Es lo mejor para todos, usted y Chispita estarán con su mujer, y yo estaré con Chispita! ¡Vengan a vivir conmigo!
- ¿Aquí, a la ferretería?
- ¡Claro, hay lugar en el cuarto de clavos!
- ¿Tiene esclavos?
- "Esclavos" no, clavos...
- ¿Es faquir también? ¿Duerme sobre clavos?
- No sea bobo, los clavos están guardados en cajas...
- Ah, bien...
- Bueno, ¿qué le parece, se viene?
- De acuerdo, mañana a la mañana vengo con mis cosas. Un favor, no le diga nada a mi mujer, quiero que sea una sorpresa para ella...
- Tranquilo, soy una tumba. Traiga a Chispita...
- Eso haré...
- ¡Hasta mañana!
- ¡Hasta mañana!
Que viaje estas historias! Están demasiado buenas para estar escondidas por acá... ni se como llegue a encontrarlas. Me quede leyendo y se me fue la hora al carajo... Estan muuy buenas... muy
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